La vida como paradoja
Soy de cristal, pero nunca me rompo.
Todo me afecta, pero nada me cambia.
Soy muy sensible, pero imperturbable.
Creo en la verdad, pero sólo sobrevivo con mentiras.
Creo en Dios, pero no tengo ni idea de lo que es.
Soy conservador, pero voto a la izquierda.
Detesto las sorpresas, pero me aburro.
Soy guapo, pero no acabo de gustar.
Camino como un pato, pero bailo como Dios.
Soy viejo, pero me visto como si tuviera 18.
Soy joven, pero vivo como si tuviera 68.
Ansío el amor, pero no lo alimento.
La acción me da la vida, pero soy vago.
No me entero de nada, pero veo más allá.
Amo a la gente, pero vivo encerrado en el egoísmo.
Paso inadvertido, pero todos me recuerdan.
He hecho siempre lo que me han dicho mis novios, pero he sido yo quien les ha cambiado la vida.
Presumo de profundo, pero me obsesiona mi aspecto físico.
Tengo talento, pero mi cerebro es un grifo abierto de mediocridades
Adoro la belleza del mundo, pero me tengo la mirada fija en mi ombligo.
Soy muy feliz, pero llevo a la tristeza cogida de la mano.
Me encanta mi forma de ser, pero soy mi peor enemigo.
No esta mal, ¿eh? A ver quién me gana a paradojas.