El retrato de Dorian Gray
No hace mucho un amigo me piropeó con una frase que me hizo temblar: “¡Qué alma tan bonita tienes!”, me dijo.
Trato de encajar lo halagos lo mejor que puedo pero éste me pilló por sorpresa y tuve que echar mano de la rotundidad para contestarle: “¡Qué equivocado estás!”, dije. No contento con mi respuesta, me replicó: “¡Qué poco te conoces!”
He escuchado muchas veces halagos dedicados a mi bondad, y siempre me ha provocado cierto desasosiego. Tanto desasosiego como las críticas: Miguel Ángel tiene un fondo oscuro, dicen algunos, sesgando la mirada, como si hubiesen visto una ráfaga de algo que no han podido ver en su totalidad. Yo vivo en esa totalidad. Pero ciego como un topo bajo tierra.
Ha habido mucha gente que ha sido feliz a mi lado, pero yo siempre he pensado que esa felicidad ha surgido por su amor por mí, de forma independiente de todo lo que haya podido hacer por ellos.
No tengo buen concepto de mí mismo. Los curas sembraron muy profundamente de mí cuando era niño el sentimiento de pecador y el concepto del infierno: Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Un día le pregunté a Alberto: “¿Por qué me quieres?”. Me contestó: “Porque eres bueno”.
Scully y Mulder me suelen decir que la verdad está ahí fuera, pero la verdad que me interesa sé que está aquí dentro. Ojalá pudiera volver los ojos del revés y poder mirar dentro de mí. Todas las noches rezo a San Óscar Wilde para que me mande un retrato como el de Dorian Gray y poder descubrir cómo soy de verdad.
Mientras tanto me tengo que conformar con pequeños rastros de luz que me dejan los demás. Pero tengo 37 años y ni siquiera me hecho una composición de lugar.
2 Comments:
¡¡¡Qué bien te conoces y qué alma tan bonita tienes!!!
Hola, leo tu blog desde hace algún tiempo y nunca comento, pero hoy me siento tan identificado que no puedo reprimirme. Esos piropos me dejan también a mi descolocado. Será por la educación católica, como bien dices. O más bien por la sensación que me dejan de ser un completo estúpido. Ya sabes, si es tan bueno, es que es un poco tonto... La maldad tiene como más prestigio.
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