Tuesday, April 12, 2005

Petirrojo


En este invierno de fuertes heladas, un petirrojo eligió nuestra terraza para protegerse del frío. Todos las tardes a las siete, puntual como un reloj, el pájaro llegaba venciendo su miedo a los malos humanos que tan calentitos viven. Todas las noches se acurrucaba sobre la lámpara de la terraza a salvo de la negra escarcha. Nos encantaba que el petirrojo hubiese elegido nuestra protección y ni siquiera nos atrevíamos a salir a sacudir las migas del mantel tras la cena, no fuera que el pájaro volara hacia una muerte helada.

La primavera llegó y un buen día el petirrojo no acudió a su refugio en nuestra casa. No ha vuelto nunca más. Ahora me lo imagino durmiendo bajo las frescas hojas de un sauce. El petirrojo me recuerda a todos aquellos que vivieron a mi lado y que un buen día, eligieron marcharse. Me sorprende a mí mismo que este pensamiento no me ponga triste. No puedo ser tan egoísta como para añorar a alguien que ahora vive feliz. Soy lo suficientemente humilde para comprender que no soy el Paraíso Eterno. Aunque a veces lo parezca.

1 Comments:

Blogger anTón said...

No creo que mucha gente que haya elegido vivir junto a ti, haya elegido marcarse...acaso algún fumador

7:54 AM  

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